
De mi fe en Dios, ya conocen mi posición y donde me veo al respecto, así que quiero compartirles sobre la segunda. Mi familia, ha sido y es mi pilar de apoyo. Cada vez que he necesitado de ellos, siempre han estado ahí, y en particular mis padres y hermanos.
Como bien saben algunos de ustedes, tengo dos padres, el biológico (con el cual tengo muy poco contacto) y mi padre real, que llego a mi vida a la edad de 1o años cuando mi madre y el se conocieron y me llevaron a vivir con ellos. Antes de eso, viví con mis abuelos y mi tío Andrés. No se imaginan lo agradecido que estoy con Dios por haberlos puesto en mi vida. Esos primeros 10 años de mi existencia, sin mi bio-padre, ellos fueron vitales para mi, porque me formaron, me enseñaron, me protegieron y me dieron todo el amor que un niño necesita.
Hoy día, tengo dos sobrinos de menos de un año de edad, y siento que es mi deber de darles todo el amor que recibí de mi abuelo y mi tío. De todos los roles que juego y/o he jugado (hijo, hermano, cuñado, novio, amigo, vecino, profesor, alumno, etc...), el nuevo rol de "tío" es el que más disfruto y el que me ha llenado de mas satisfacciones. Ellos son la mejor parte de mi.
Quiero ver a mis sobrinos crecer grandes, fuertes, felices, y (especialmente) con la certeza y convicción de que, además de Dios, su tío Douglas Miguel, los ama más que a nada en este mundo, y que siempre que necesiten mi apoyo, siempre estaré ahí para amarlos y protegerlos de este mundo cruel en que les ha tocado nacer. Dios los bendiga mis niños.
"El que no provee para los suyos, y para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo." (San Pablo)