domingo, 16 de septiembre de 2012

Tiempo pasado, ¿tiempo mejor?


Hace unos pocos años, mi mejor amigo (Fa), me preguntó cual era el mejor momento de mi vida, le contesté: "este, este es el mejor momento de mi vida".   Ayer me hice la misma pregunta y la respuesta siguió siendo la misma: "este". Definitivamente, conmigo no va la frase "todo tiempo pasado fue mejor", no Señor. 

Una de esas cosas de mi pasado que más me marcaron fue mi paso por el colegio, una de las épocas más difíciles que me tocó pasar. Especialmente cuando eres un "sometido" o blanco de los bully (como se les llama hoy día). Los que han pasado, o pasan por esto, saben que uno experimenta el miedo, el terror se te mete en los huesos, la impotencia de que una persona más grande, feroz y fuerte que tú te acosa es algo difícil de asimilar cuando eres un niño. Pero la vida escolar sigue y uno aprende a vivir con el miedo hasta que llegas a la adolescencia y finalmente te conviertes el adulto sobreviviente.

Pensando en eso, no puedo evitar pensar en el mundo en el cual crecerán mis sobrinos, si los tiempos pasados fueron rudos no puedo imaginar cómo será el mundo en el cual ellos crecerán, sólo tengo fe de que Dios cuidará de ellos, y esperar que siempre que me necesiten yo pueda estar ahí, junto a ellos para cuidarlos y protegerlos. 

Un sobreviviente, así me veo muchas veces, sacando el valor de donde a veces no tenía para enfrentar un día más de clase, esforzándome el doble para alcanzar mis metas, sacrificando cosas importantes por otras más valiosas. No fue, o mejor dicho, no es fácil, pero aquí estoy de pie tratando de ver que tiene para mí el futuro, pero con la plena certeza de que Dios está a mi lado en cada etapa de mi vida. 

Y si Fa, este ES el mejor momento de mi vida, y no sabes cuánto le agradezco a Dios por haberme bendecido con tu amistad. Sos un amigo en verdad y se que aunque hablemos poco y nos veamos nunca, siempre puedo contar con vos. Se que siempre te lo digo pero en realidad te admiro, creo que es porque siempre quise tener un hermano mayor y en muchas formas Dios te envió a llenar ese papel en mi vida. Te admiro por tu valor, por tu coraje, por valentía por luchar por las cosas que querés; en todo eso has sido y eres un ejemplo para mí; y es para mi un honor y bendición el poderte llamar "hermano".

Dios te bendiga Mate, y a cada paso que des, espero que nunca olvides que fuimos sellados por la misma sangre, la de Jesús.