Esta noche volví a escuchar la prédica del joven Pastor vasco Itiel Arroyo "
Marcado por Jesús", basada en el encuentro de Pedro y Juan con el mendigo inválido en la puerta del templo (libro de los Hechos, capítulo 3). Este hombre era un cojo de nacimiento que se sentaba todos los días en la entrada pidiendo limosnas a quien pasara por ahí. Esperando, día tras día. Si esperanzas, sin sueños, sólo un poco de pan para sobrevivir otro día más.
Su historia me recuerda mucho a la del príncipe Mefiboset en el segundo libro de Samuel, capítulo 9. Este niño nació sano, pero a los cinco años, cuando su padre Jonatán fue derrotado en la batalla de Gilboa (2ª Samuel1 4:4) su nana tomó al niño y huyó, pero en la carrera, dejó caer al pequeño y quedó lisiado. Años después, cuando David llegó al trono, mandó a buscar a Mefiboset y lo hizo sentar en la mesa real como uno de sus hijos. David le restauró su status de príncipe pero no pudo sanar sus piernas.
Volviendo al relato del Pedro y Juan, éste hombre lisiado extendió sus manos esperando un par de moneditas, pero ellos no le dieron dinero, le dieron algo más importante y valioso: le declararon sano, le tomaron de la mano, le ayudaron a levantarse y... caminó.
Es que así son las cosas de Dios, una persona te deja caer, te lastima y te deja marcada de por vida, pero llega Dios quien tiene el poder (y el querer) de restaurarnos y ayudarnos a caminar de nuevo. Tengo muchos amigos y conocidos que tuvieron infancias y juventudes horribles, pero en el camino se encontraron con modernos pedros y juanes, que se acercaron y les dijeron "tengo algo valioso para ti". Yo mismo, cuando tuve 18 años, tuve un encuentro con Jesús que me marcó para toda la vida y me transformó en el hombre que soy hoy. Sé que no soy el perfecto "cristiano" pero tengo la certeza de que Jesús me ama más de toda comprensión humana.
Ese es nuestra labor como cristianos del siglo XXI, acercarnos a aquellos "mendigos inválidos" y ofrecerles algo mejor que un par de moneditas. Ya basta de desperdiciar el tiempo viendo TV, leyendo revistas de farándula o en relaciones poco sanas. Busca tiempo para leer la Biblia, para orar, para escuchar prédicas en internet... Hay tantos medios para conocer a Dios, lo único que necesitas es querer buscarle y encontrarte con Él cara a cara. ¿Qué dices? ¿Te animas?
Recuerda lo que dice la Biblia en Romanos 10:17 "La fe viene por oír las buenas noticias". Dios te bendiga.