
Y finalmente, la dulce espera llego a su fin y Jorge III Abraham salió a comerse el mundo. Es poco decir lo contento que estoy, es una felicidad mezclada con gratitud y maravilla por ver el milagro de la vida en acción.
Podria decir más cosas pero estoy casi sin palabras... Bienvenido mi niño bello... Te amo y te prometo que serás el niño más amado del planeta.
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