martes, 9 de agosto de 2011

Detallitos

Últimamente he escuchado mucho esta frase: "Es que era muy detallista conmigo" ¿Qué carrizo es eso? Si buscamos la definición de la palabra en el diccionario, una persona detallista es aquella "adj. Amante del detalle, minucioso, meticuloso." Es decir, alguien que te llama para preguntarte si amaneciste bien, si almorzaste, te escribe cada hora para ver que haces, o simplemente para decirte "Hola".

¿Qué poder tienen esos pequeños detalles en el corazon de las personas? ¿Por qué las cautivan? ¿Cómo eso lleva a cambiar nuestros juicios de valor y percepción de los hechos? Es decir, algunas veces esta persona tan "detallista", no es lo que se llama un "buen candidato" o "buen partido" como decían en mis tiempos. De anteojito se le ve el cobre y los defectos, pero para la persona "cautivada", ese es el "hombre de su vida" (o mujer, cual sea el caso).

El asunto es que esos detalles nublan la mente y alimentan las emociones del corazón. Por algo Jeremías escribió:
"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9)
El asunto aqui es que estos enamoramientos atacan el corazón y atiborra el organismo de dopamina, esto es full diferente al amor verdadero (ver aquí). Pero es muy intenso y entre otras cosas, lleva a idealizar a la otra persona y no permite pensar con claridad ni verla como es en realidad; y al punto de querer agradar a la persona amada se convierte en la mayor ilusión.

Bueno ¿Cuál es mi punto? Lo que quiero advertir, es que como cristiano, antes de caer en una relacion enfermiza con alguien que no te conviene, pidele sabiduría y disernimiento a Dios para que te ayude a pensar con claridad (leer Santiago 1). Y, si conoces a alguien que esta en este proceso, tu deber cristiano es hablar con esta persona, llevarla a la Palabra y orar por que Dios libere a la persona de esta cautividad del corazón. Y digo "deber cristiano" porque tú y yo, somos hermanos (aunque no nos gusten) y es somos responsables por el bienestar emocional de nuestra familia espiritual. ¿Escucho un amen?

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