Dayan González, sólo tenía cinco años, cinco años solamente, y atravesó cosas impensables, la manera como esos adultos se ensañaron con ese niño, Dios mío, ¿Cuán negro tiene el corazón alguien que genera ese tipo de actos sin remordimiento alguno? No se si estaban drogados o si estaban haciendo un rito satánico, no lo sé, lo que me cuesta creer es que no haya habido en ellos una pizca de amor o misericordia por ese niño.
Pienso en ese niño y recuerdo en los hijos de mis amigos, pienso en él y pienso en mis sobrinos, criaturas indefensas y tiernas, puros corazones, que te miran con ojos de amor, con ojos que te derriten y te provoca agarrarlos y abrazarlos y darles mucho cariño y protegerlos.
Definitivamente vivimos en tiempos peligrosos, y es nuestra responsabilidad como padres, tíos, hermanos, abuelos, padrinos, primos, amigos... cuidar de nuestros pequeñitos, entregarselos a Dios para que los cubran con sus alas, y orar que el mal de este mundo nunca los toque... Esto es en memoria tuya Dayan, ahorita estas en un lugar mejor y estas tan feliz que olvidaste todo lo feo que viviste, que Dios te bendiga.
Y oro por aquellos niñitos que están sufriendo este tipo de abusos, se que Dios está escuchando sus llantos y pronto enviará salvación para ellos.
"Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí..."
(Génesis 18:20-21)
(Génesis 18:20-21)
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