lunes, 26 de diciembre de 2011

Precioso

Siempre me ha encantado la historia de como los Kent encontraron al pequeño Kal-El. Siendo apenas un bebé, llegó a manos de una pareja que estuvo por años buscando un hijo y finalmente, por intervención divina, recibieron respuesta; sin imaginar siquiera que albergaban al mayor héroe de la historia.

Es inevitable, para aquellos que hemos leído la Biblia un par de veces, encontrar los paralelismos con dos nacimientos asombrosos. Uno de ellos es el del pequeño Moisés. Dice el libro del Éxodo que: "Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses" (2.1-2). Si vemos el contexto histórico, vemos que esta no era la decisión correcta, ya que para el momento en que este niño nació, el Faraón de Egipto había decretado que cualquier niño varón debía ser lanzado al Nilo instantáneamente. Pero los padres de Moisés, desobedecieron esta ley, y cuando no pudieron ocultarlo más, lo colocaron en un cohete... ¡Perdón! en una canastilla y lo lanzaron al espacio... ¡Perdón! ¡Al río Nilo! Así, comenzó la más increíble historia de un hombre que liberó a su pueblo de el yugo egipcio hasta la tierra prometida. ¿Bello no?

El siguiente nacimiento es igual de asombroso y peligroso a la vez, el del niño Jesús, escribió San Lucas en su evangelio: "Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS." (1.30-31) ¿Una mujer soltera embarazada? ¿Antes de casarse y que no fuera de su novio? En aquel tiempo, era motivo suficiente para ser apedreada en las calles por adultera, con lo cual ella y el fruto indeseable terminarían muerto. Por otra parte, sería el chisme del momento, ya me imagino a las viejas del pueblo: ¿Viste a la hija de Ana? ¿Supiste que María está preñada dizque de Dios? ¿Qué será del pobre José? En fin, este pequeño y su madre no la iban a tener fácil, deberían hacerle frente al escarnio público y los señalamientos.

Bueno, ese niñito precioso, que nueve meses nacería en uno de los lugares más sucios de la ciudad de Belén (un pesebre), crecería para convertirse en un maestro que pondría de cabeza al mundo conocido, tanto así, que nuestros calendarios se ajustaron a su nacimiento y día a día gana más segidores. Ese niñito de Belén, moriría 33 años en una cruz y el resto es historia en proceso.

Niños preciosos que cambiaron la historia, un brindis por ellos.



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